mi adorable Primavera del 2016,
mi primera Primavera con él. Mi auténtica prioridad.
¡Hola!
Hace una semana decidí bajarme de este mundo 2.0 y está siendo liberador.
Me vi forzada. Desde que pisamos Año Nuevo, en esta casa nos han atacado todos los virus posibles, las defensas han caído en picado, y especialmente a mi me ha dejado tocada (muchas circunstancias externas también se han dado), no solo fisicamente, que ha sido evidente, sino mentalmente, cosa que ya me estaba preocupando en exceso. Nunca había estado tanto tiempo empalmando una recaída con otra.
El único contacto diario que tengo con este mundo de Internet es Instagram (mi idea era este blog pero ya sabemos que lo rápido engancha desgraciadamente). Y necesitaba alejarme de el. No porque me tenía hastiada ni nada por el estilo. Es porque ese mal estado de salud, cuando estoy pendiente de alguna red social, se agrava aún más. Es como si para evadir la nefasta sensación de estar cansada, enferma, hacia que necesitase acudir a mi galería para llenar cosas bonitas o para bucear en otras imágenes inspiradoras. Para sentirme algo aliviada y lograr que algunas de ellas conectase con mi interior para poder paliar ese estado de aletargamiento que me producía estar sin fuerzas. Al final centras más tu atención en ciertas redes sociales (en las que encima, mantienes conversaciones, relaciones con otras personas), más que en tu vida real.
En palabras más resumidas: cuando te encuentras mal de salud, es muy cómodo poder acceder a las redes sociales y estar muy activo. La salud no es impedimento. Solo necesitas un poquito de atención y tus manos. Y todo desde el sofá, la cama. Eso se traduce, aunque creas que no es mucho tiempo el que le dedicas, en tiempo real para mejorar y buscar soluciones. Vas restando unos minutos de este ratito, del otro, y así hasta que te das cuenta de que en realidad pasas más tiempo del que creías.
Necesitaba una pausa real. Era eso o seguir en este bucle que pintaba algo mal.
¿y qué he estado haciendo todos estos días? Pues mi vida es poco interesante pero altamente agradable. Estos días he estado de médicos. Así, literalmente. Cercando mi malestar para darle una solución. Estoy centrada al 100% en recuperarme para comenzar en breve el trabajo con fuerzas y optimismo. Es tremendamente liberador ir acercándote a una causa y no creer que mi estado de salud ya no tenía solución. Estoy también centrada en la limpieza (con la entrada a la Primavera, y después de 4 años, toca pintar toda la casa), y bueno, en lo más importante después de mi salud: en mi familia que es mi prioridad y con la que me estoy reconciliando en sentido metafórico ya que mi cabeza no siempre ha estado con ellos. Tengo más paciencia con Nico, lo estoy disfrutando desde la calma y con todos los sentidos.
Estoy yendo a un ritmo pausado sin presión alguna y sobretodo escuchándome.
Ah, y no menos importante, por fin hice una selección de mis fotografías del año 2016 que me ha dejado agotada porque fue un año intenso en todos los sentidos. ¡yuhuuu! Al final decidí que ahora como madre se acabaron los minimalistas libros de Blurb de la que soy fan. Me di cuenta cuando casi tenia finalizado la primera parte de ese libro-álbum que tanto me costó. Decidí que volvería a comenzar desde cero. La razón: mi hijo disfruta ojeando fotos y no le dejo mirar los libros que Oscar y yo tenemos. Entonces, ¿para qué seguir haciendo esos libros tan bonitos si sé que no voy a dejar a Nico toquetearlos libremente? C’est fini!. Ahora me estreno en la creación de álbumes de los de toda la vida, los que nos hacían nuestras madres, los que creo que de verdad se disfrutan y que manos torpes pueda manipular. Y ver a ese Nico bebé, todos sus momentos sin que su madre lo esté limitando continuamente. Pues creo que estoy tremendamente ilusionada y también desahogada de poder haber finalizado esa selección de 600 fotos del año 2016. Una vez recibidas las fotos, me queda un trabajo igual de intenso a la par que reconfortante, el poder ir viendo el proceso de ese álbum. Y deseando que Nico pueda cogerlo las veces que quiera y mirarlo. Este trabajo de selección y haciendo un recorrido visual por ese 2016, me ha hecho aflorar muchos sentimientos acerca de la maternidad y esa «lucha» que a veces he tenido. Me ha reconciliado. Creo que esa es la palabra adecuada.
Pero no todo es mágico ni en una semana escasa todo ha cambiado. Me siento muy vulnerable, el cuerpo no me responde como hacia meses (aunque ya noto mejoría), me cuesta concentrarme en muchas cosas y lloro. Lloro mucho y todo me afecta. Aún así, voy muy lento, pero con paso firme después de mucho tiempo. Muchas veces necesitamos que ocurra algo para darle un «click» a nuestra manera de pensar. Estoy redireccionando mis prioridades, que ya era hora. Centrándome, que también ya era hora. Y sobretodo intento estar en el PRESENTE. Ahora si, no es palabrería . Lo estoy. Y cuando ya te alejas de muchas cosas y las ves desde la distancia y comienzas a pensar y respirar y andar con otro ritmo, te acabas dando cuenta de que eso es lo que buscabas hace tiempo y que aunque ahora permaneces en la trastienda, uno siente que brilla un poquito más. Y es que dejar de estar expuesta a casi todas las cosas que hago mediante fotografías, stories, etc, ha hecho que me sienta indirectamente más liberada y lo vivo todo con más calidad, con más matices. No necesito mostrarlo. No es necesario. ¿para qué?, ¿para quién?.
Que disfrutéis de las vacaciones de Pascua. Por aquí planeamos algunas sorpresitas para Nico 🙂
Muah!
Hola Lorena,
Me ha encantado este post, no sabes cuánto se agradece poder leer experiencias reales sin disfrazar los detalles para que todo parezca maravilloso. La vida está llena de luces y sombras y tenemos que intentar ser felices con la realidad que nos toca vivir. Algo bastante complicado a veces, pero como tú muy bien dices hay que centrarse en lo que de verdad importa. Gracias por compartir tantas cosas que aunque no lo creas hacen mucho bien. Estoy segura que como a mí a otras muchas personas que te leen.
Gracias a ti por leerme, entenderme y tener tiempo para comentarme.
Es una pausa que necesitaba.
Besitos.