de fin de semana.
No hay nada como ver amanecer, escuchar únicamente el pitido de la cafetera burbujear (y su inconfundible olor),
los pájaros cantar y la naturaleza despertar.
Me encanta madrugar los fines de semana porque es el único momento del día en el cual tengo tiempo para mí en todos los sentidos.
Y los tarros de mermelada de higos que ayer preparamos Oscar y yo, me acercan un poco más al otoño. Qué pena que sea sólo por ciertas rutinas, el olor a esa mermelada mientras se cocinaba y la luz de la mañana que ya no traspasa los ventanales de mi cocina, sino que se respetan ofreciéndome una luz tenúe, relajada.
Yo espero pacientemente el cambio de estación, el adiós que poco a poco supongo que nos dirá el verano.
Todo es esperar. El resto, cuando no nos demos cuenta,
aparecerá sólo.
maravillosas fotos, bellísimas!!
se merecen estar en uno de tus libros!!
gracias! lo tendré muy en cuenta 🙂
Para mí también madrugar los fines de semana es un pequeño placer…aunque no tengo esa mermelada de higos que tiene una pinta…estupenda….
that jam looks delicious 🙂
Hola Lorena, sigo tus fotos desde hace ya bastante tiempo en flickr y cada una de las que subes tiene algo que cautiva. Son sencillamente maravillosas y especiales, de verdad. No sabía de tu blog y he estado leyéndote un poco. Yo también tengo ganas que cambie el tiempo. Vivo también en Mallorca y…en fin. Que encantada de seguirte!
🙂
Muchas gracias por tus palabras, Inés!
Había escuchado hablar de ti. Tienes una casa muy bonita.
Espero conocerte algún día.
Besos!