Os escribo mientras Oscar le da el biberón a Nico, con la esperanza de que se quede dormido, la casa llena de caos en todas partes, juguetes, baberos sucios, biberones por limpiar, la cama sin hacer, y el tendedero en medio del salón. Ah! yo no tengo desperdicio. Con unos leggins llenos de bolitas, una camiseta color salmón y la primera chaqueta que he pillado del armario y una cola mal hecha, además de unas ojeras que coronan y sirven como colofón al día de hoy.
Creía que podría retomar sin ningún problema mi blog, pero la realidad es que cada vez se me hace más y más cuesta arriba. Han sido unos 6 meses y medio muy intensos. De cambios profundos, creede desorden general aunque de una felicidad también inexplicable. He perdido la cuenta de las entradas que tenía pensado subir, de las fotos que también pensaba mostrar en modo cronológico. Pero llevo 6 meses de retraso. Lo siento.
Nico ya hace casi 7 meses que llegó poniendo nuestra vida patas arriba. Mi niño, mi milagro y el mejor trabajo que jamás nunca realizaré con el mismo amor y dedicación. Verlo crecer día a día es lo más bonito que uno pueda imaginar, pero también lo más duro. Ser mamá las 24 horas del día ininterrumpidamente tiene eso. Te llevas lo más maravilloso, esos pequeños avances, su primera sonrisa, la primera vez que balbucea, o coge con las manos su primer objeto, la primera papilla o pedorreta, pero detrás de todo ello, también se encuentra lo menos bonito, lo que hace que a día de hoy, hay veces que tenga más sueño que hambre y que muchas veces no pueda realizar ninguna de las dos cosas y llegue la noche con las pintas que una servidora ha descrito al principio. Y me pregunto cómo se las apañan algunas madres para estar tan frescas y estilosas siempre. De verdad, seguro que hay truco escondido. Siempre pienso que, o tienen una nanny que se hace cargo de sus hijos unas horas durante el día, o bien tienen a una mujer de la limpieza para dejar su hogar como los chorros del oro. De verdad, no lo entiendo. Porque yo no doy a basto! O será que Nico es un niño muy activo que apenas duerme durante el día, cosa que hace que nunca tenga tiempo de nada porque a cada momento me reclama. Si, podría ser… Aunque creo que va a ser lo primero.
jeje!
Pero aquí estoy. Este finde promete ser lento, de esos que tanto me gustan, y sin embargo pocas veces conseguimos tener. Y pese al caos, esa ducha que desesperadamente necesito, lo cierto es que tengo una especie de calma interior que me ha llevado hoy a sentarme frente al ordenador, eso si, sin saber muy bien qué empezar a escribir. Y sin querer ni pensar, ya llevo unos cuántos párrafos escritos.
No os voy a mentir. No tengo ni idea de qué hablar a partir de ahora. Y a la vez tengo una ligera idea de qué. Me gustaría empezar por escribiros entradas breves explicando un poco las recomendaciones en algunos aspectos en cuanto mi corta pero intensa experiencia como madre, también tengo pensado retomar mis recetas y subirlas una a una. En fin, mi esencia aunque con conocimientos más ampliados. Y es que esto de ser madre te hace aprender muchas cosas, la mayoría que nunca pensabas conocer, a pasos rápidos y agigantados.
He de decir con antelación de que más que sin inspiración, me siento totalmente agotada, exhausta, razón por la que me disculpo de antemano ante vosotros, algunos de los que me seguís y que seguro habéis perdido la ilusión o ganas por entrar en este blog y leerme.
Para empezar me voy a pegar una ducha caliente, comer algo reconfortante y a empezar este finde con mucha positividad y energía.
Allá voy!