Intento salir del paso y ganarme la vida con la fotografía haciendo retratos, books familiares. No es con lo que me siento más cómoda. De hecho, me gustaría que cuando me vieran no me encasillaran con la fotografía de retratos. No es para nada mi esencia. Lo mío son fotos llamadas «lifestyle» o «estilo de vida», decoración y fotos con todo lo relacionado a la gastronomía. Tengo una cámara digital pero me siento más cómoda disparando con mis dos analógicas. Una Minolta x-370s y una Olympus OM-1. Adoro el film y creo que mientras exista, ésta será mi forma de capturar mi mundo. Tengo una relación de amor-odio con la fotografía digital. Más lo segundo que lo primero y eso que lo he intentado pero tengo claro que si desapareciese mi mundo analógico, dejaría de dedicarme a la fotografía por completo.
Cuando a la gente le dices que eres fotógrafa lo relacionan con algo más pueril. Algo así como un simple hobbie, algo que está bien para hacer los fines de semana pero no algo serio, profesional. Cada vez que escucho algo así recuerdo mis dos años intensos estudiando, metida en un laboratorio, llorando porque he gastado más papel fotográfico de lo que mi bolsillo me podía permitir, como podía llenar 5 folios en una hora de examen expresando lo que una imagen me transmitía y como me ví negra para entender cosas relacionadas con la maldita técnica. Como convertí durante dos largos años, mi habitación en una especie de cuarto oscuro donde me he pasado noches sin dormir para entregar un trabajo a tiempo.Y todas las veces que he dormido con ese olor a químicos. Recuerdo también los años posteriores al finalizar los estudios y mi fracaso al no encontrar trabajo. Recuerdo con tristeza a casi dos años después de terminar los estudios como fui a recoger mi premio extraordinario por ser la mejor alumna de mi especialidad en Baleares. Allí asistió mi profesor de… (algo de empresa). No había conseguido trabajo y la depresión comenzaba a ser palpable en mi estado de ánimo, bueno, y sobretodo físico. Y como esa mañana me negaba a ir a recoger ese premio porque no tenía ropa para ponerme. Pero entonces también pienso en lo constante que he sido todos estos años donde he tenido que hacerme poco a poco un hueco en este basto mundo de Internet, en mis ventas de fotos para una película francesa (quien lo iba a decir, una chica de pueblo), en la venta de mis libros a lugares impensables para mí como Japón, Australia, Estados Unidos. En los grandes artistas que he conocido y he sido participe de su evolución al igual que ellos de la mía, en lo mucho que he mejorado, en que nunca he tirado la toalla y que después de años probando, experimentando, sé que he logrado encontrar mi propio estilo.
(De lo que soy, de la fotografía. Abril 2013)
Tarde o temprano todo ese esfuerzo acaba dando su fruto, no lo dudes.
: )
Opino lo mismo… un abrazo y gracias por hacernos llegar tu mirada, mil gracias.
Gracias Pepa. Besos.