Soy bastante madrugadora. Incluso los fines de semana puedo estar en pie sobre las 7.00, aún teniendo todo el día libre para descansar.
Soy de mañanas, de levantarme con el silencio, preparar un café con leche, luego un bol con cereales (esto es una rutina reciente) y una tostada con algo salado (casi siempre pero no de golpe). Soy de sentarme enfrente del ordenador con el primer café de la mañana y leer las noticias, luego los blogs que sigo, etc.
Y mientras miro otros blogs reflexiono acerca de muchos aspectos de mi vida.
Entre ellos, mi presencia aquí. No tengo bien claro el por qué lo mantengo. Bueno, en parte si que lo sé. Es mi niño mimado. Es un lugar personal e íntimo a la vez que público. Y aquí me siento a resguardo. No sé cuántas personas han podido leer mi blog, de hecho no contabilizo de ningún modo si alguien me sigue. Pero no voy a mentir, no recibir comentarios (muy pocos y de la misma persona: Gracias!!), apaga un poco las ganas por seguir activa, al pie del cañón. Me digo a mi misma que al final estoy cansada de seguir con esa especie de retórica absurda que me ha perseguido durante años. Necesito estar en contacto con la gente, compartir opiniones, sentir que de algo sirve sentarme cada día y mostrar alguna foto, alguna de mis reflexiones. Sentir que alguien me escucha.
Sin embargo, también sé que no todas las personas que te siguen comentan. De hecho, yo era así hace no mucho. Pero medité sobre el tema, no quise hacer lo que no me gustaría que me hiciesen (aunque en parte lo sufro). Y comencé a comentar e involucrarme. Y me siento mejor, me siento una parte activa de sus vidas, de lo que cuentan, de lo que hacen.
Podría contar que un día me despediré de aquí, pero estaría mintiendo como una bellaca. Me entristeceré por épocas, pensando en qué hago, o cómo hacer para atraer de algún modo a esa gente para «compartir», luego pasaré por esa sequía propia de mí donde nada me inspira, y luego volveré a la carga, un día, sin más, aturrullando este blog con absurdas entradas sin orden ninguno.
Pienso en cambios, contínuos cambios de apariencia que resulten mucho más atractivos a la vista. Los he hecho, y eso que soy una ignorante con todo lo que tiene que ver con diseño gráfico. He hecho lo que humildemente he podido. Tengo ganas por aprender, por seguir adelante.
Me encantaría que si alguien me lee, pero nunca o pocas veces se ha atrevido a comentar, me diese consejos. Qué cosas no os gustan?, qué debo mejorar?
Quiero darle a este blog el lugar que se merece. Aunque a mí, desde hace tiempo, ya me ha robado el corazón.
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Pd. Quería comentar que mi proyecto de cocina o lo que quiera llamarse, sigue en pie. Sólo que aparte de continuar con todo el salón de la casa con las baldosas levantadas (muy incómodo, sobretodo si ya llevo un mes), se ha juntado con que tanto la vecina como yo, hemos sufrido las consecuencias de un gran atasco en las tuberías de casa que me han tenido desde el viernes sin poder utilizar la cocina. Ni lavadoras, ni lavavajillas, ni el fregadero. Nada. Y claro, estos días he intentado cocinar algo simple para no ensuciar demasiado (limpiar los platos en un barreño en el baño no es muy cómodo que digamos…).
Hoy ha venido un despliegue de camiones con cámaras incluidas para intentar dar con el atasco. Y después de días sin que nadie supiera cómo arreglarlo, esta mañana lo han conseguido. Lo primero que he hecho es hacerme otro café y sentarme aquí. Las lavadoras y los platos a medio fregar pueden esperar un ratito más…
Suspiro, ayyyy…
Culpable. Y sabes lo más triste que me ocurre exactamente lo mismo que a tí. La gente que me conoce (amigos, familiares) me comenta en FB y en mi blog mis incondicionales. Pero hay sigo y puedo asegurarte que me siento chiquitita a tu lado, que me encanta tu elegante estilo, limpio y sereno. Lo cotidiano en tus fotos se convierte en pura bella, al menos para mí, es justo lo que me atrajo de tu sitio; esas luces naturales con ediciones transparente.
No me lio más.
Sigue por favor porque realmente tienes ‘eso’ que hace que quieras volver.
Hola Pilar! Vaya sorpresa la mía…
No te conocía, no tenía ni idea de que algunas veces ojeabas este blog. Quiero decirte que no eres culpable de nada, a mi me pasaba lo mismo. Muchas veces nos olvidamos que cualquier cosa que uno muestra en Internet, por muy humilde que sea, siempre hace ilusión, por parte del que lo crea, saber que no está solo, que personas le escuchan, le apoyan.
Yo he pasado por muchas etapas. Empecé con una cuenta en flickr contando, como nueva que era, cada uno de los comentarios o visitas que recibía, hasta que me conoció demasiada gente y me asusté. Y cuando estaba en mi mejor momento, abandoné. Creía que mucha de esa gente «incondicional» me seguiría (lo que haces cuando de verdad te gusta el trabajo de alguien) en el blog que posteriormente abrí, pero me equivoqué…
Y al final una no sabe muy bien el por qué sigue en pie.
Gracias por comentar, por dejarme conocerte, ver tu precioso blog, por decirme : «eh, lorena, no estás sola. Aquí estoy yo de vez en cuando!!»
Te lo agradezco de corazón.
Ahora ya tengo otro blog al que visitar de vez en cuando 🙂
Un fuerte abrazo.
Hola Lorena, de vez en cuando ojeo blogs, me gustan sobre todo los de la vida cotidiana. El tuyo lo acabo de descubrir y me encantó! Me gusta tu honestidad y que escribas sobre varias cosas sin mucho orden porque creó que la vida es así, un poco caótica. Me encantan tus fotos, soy fan de la naturalidad, de la espontaneidad. Entiendo perfectamente tu necesidad de comunicarte con la gente y me sorprende encontrar alguien en este país a quién le guste madrugar. A mi me encanta! Pero he ido perdiendo la costumbre desde que llegué. Trataré de retomarla 😉 y de seguir tu blog de vez en cuando, de verdad me gustó. Un abrazo.
Hola Lorena! yo soy de esas que te leen en silencio y por las mañanas, con el desayuno.
Cambiar? a mi me gusta tu blog por tu cotidianidad, por tus reflexiones, por tus fotos y por la calma que me transmites; yo no te cambiaría 🙂
Entiendo la frustración, pero presiento que hay mucha gente como yo y que lejos de estar sola, estás muy acompañada.
Porqué no comentamos? imagino que inercia, por este mundo loco lleno de estímulos y mensajes rápidos, pero sin embargo, a mi me gusta tomarme el tiempo de leerte con calma.
Un beso 🙂