Ayer pasamos todo el día en casita, la mayor parte tumbados en el sofá viendo pelis, documentales, algunos ratos con el ordenador y terminando la noche leyendo un libro en el e-book de Oscar. Bueno, él aprovechó para ver una película. De esas de acción que a mi me aburren.
Estuvo lloviendo pausadamente casi todo el día. Hacía frío y yo mantenía la esperanza de que hoy amaneciéramos, no cubiertos completamente de nieve, pero si con una señal. Supongo que no aguantaría una semana entera la nieve y sus consecuencias, sin embargo, para chicas como yo que adoran los meses fríos, los cuentos de Dickens y una taza de café bien caliente, tener algo de nieve es síntoma de que hay esperanza. No sabría expresar qué clase de esperanza. No una concreta, supongo que ver algo de nieve blanca, impoluta, hace que una parte de mi se renueve con ella.
Y así ha sido, aunque en menor medida, pero hoy me disponía a abrir las persianas de mi habitación y ta- chan! mi querido Galatzó engalanado con una preciosa manta blanca.
Ahora sólo deseo que haga más frío y podamos tener una mañana de esas cubiertas de nieve. Es tan silenciosa que incluso impacta.
es,sin duda, una semana especial.
Que vistas!
Impresionante esa vista nevada del Galatzó, Lorena. me gusta especialmente el efecto de ese árbol a la izquierda de la foto junto con el blanco de la montaña.
Te dejo un link al blog, ahí puedes leer qué ha pasado y como voy a ir publicando a partir de ahora. http://firstofthegang69.blogspot.com.es/
Un beso.
Antolín.
Sé a lo que te refieres…yo llevo desde el viernes en una nube de nieve que se está poco a poco convirtiendo en río….sniff….
La foto es preciosa, y más preciosa desde una ventana.