un 24 de Septiembre de 2015 a las 16.54 hrs.
Me puse con contracciones la madrugada del 23 de septiembre. Me sentía extraña, además de que esa misma noche había expulsado el famoso tapón mucoso. Oscar se había descargado un app para el móvil para contar las contracciones y ver si eran regulares. Todo apuntaba a que si. Y el 23 a primera hora de la mañana nos fuimos directos a urgencias. El ginecólogo me exploró y después de más de una hora en monitores, vieron que era algo así como una falsa alarma. Nico podía llegar ese mismo día, al día siguiente o bien para su fecha, el 2 de Octubre.
Me fui a casa dolorida. Yo ya intuía que la llegada de Nico, si no en esa mañana, se daría en poco tiempo.
Me tomé un paracetamol y decidí echar una larga siesta para no pensar en los dolores. Pero a final de la tarde, al sentir que los dolores no sólo no se habían parado, si no que aumentaban, decidimos volver a urgencias. Mis contracciones eran cada vez más seguidas. Al aparcar el coche y salir de el con la ayuda de Oscar, recuerdo que le comenté que sentía que me había hecho pis encima (si, si, en ningún momento pensé otra cosa. Y es que la llegada a urgencias coincidió también con que rompí aguas, aunque poco a poco, no como había escuchado en otras madres que de repente se les había inundado el colchón de la cama).
Me volvieron a explorar a eso de las 22 de la noche y ya me quedé allí. No había dilatado mucho, pero si lo suficiente para ingresarme. Todo había comenzado.
En el hospital me asignaron una habitación con compañía. Para nosotros no había ningún problema, excepto que nuestra compañía resultó ser un matrimonio que recién había tenido a su hija y estaban descansando. La matrona me observó y en vista de que para ella estaba demasiado verde, decidió dejarme hasta la mañana del 24. Imaginaos mi cara de asombro. Me iban a dejar toda la noche con esa pareja que necesitaba descansar y yo, muy al contrario, tenía enormes ganas por gritar, doblarme de dolor!!
Solo puedo decir que fue una noche larga, lenta e intensa. Mis dolores eran horrorosos y uno de los problemas que tuve es que me era imposible tumbarme a la cama. Mis contracciones no me lo permitían. Así que me pasé 9 hrs de pie (no os miento) yendo del pasillo cerca de la puerta al baño aguantando los dolores, aguantándome en la pared, a los brazos de Oscar para controlar los terribles dolores.
Por la mañana la matrona me volvió a observar y gracias a Dios me enviaron hacia el paritorio. Allí me iban a inmediatamente poner la epidural.
Ahora os juro que me entra la risa, pero lo que vino después es lo peor que recuerdo de todo mi parto. Entré en una habitación sin Oscar ya que no estaba permitida su entrada. Y me dejaron monitorizada y de pie (ya que seguía sin poder ni siquiera sentarme) durante una hora que se me hizo eterna y completamente sola con las peores contracciones que recuerdo. Si las anteriores fueron duras, éstas fueron las peores de todas. Prefiero no detallar lo que sentí, únicamente que pasó esa hora y por fin! llegó el anestesista. Creí que iba a ser imposible quedarme quieta pero pude y al cabo de media hora empecé a respirar. Me metieron en el paritorio, para mi asombro, una habitación normal y nada fría. Entonces entró Oscar y desde las 11 hasta las 16.54 que tuve a Nico pasamos todo el tiempo allí.
Seguidamente entró la que me ayudaría a tener a Nico, la que se convertiría en mi ángel de la guarda. Se llamaba Joana, una profesional 10 que me informaba en todo momento de lo que me estaba haciendo, que entraba de vez en cuando a la habitación a darme de beber cuando Oscar salía para ir al baño. No paraba de decirme «tienes que tomar sorbos de aquarius para tener energía a la hora de empujar», o bien » no sabes, vamos a disfrutar de tu parto, lo harás genial». Fue dulce y profesional a la vez. Me sentía 100% segura a su lado.
Lo cierto es que me costó dilatar bastante, pero sobre las 16.00, ya lo había hecho. La epidural había dejado de surtir efecto, poco a poco empezaba a sentir dolores fuertes, muy fuertes(lo siento, no encuentro calificativos). Una presión enorme y profunda. Y es que Nico ahora si que quería ver este mundo.
Y llegó el momento de empujar.
Mi parto estuvo compuesto por Oscar, mi matrona Joana y una enfermera. Fue muy bonito. Es irónico, el momento más temido y aún con el dolor, solo sé que mi cuerpo me pedía empujar con todas mis fuerzas. No hacia falta que Joana me lo dijera, incluso recuerdo que en varias ocasiones me dijo que descansara y yo le decía que no podía, que necesitaba empujar. No recuerdo cuantas veces empujé y grité con todas mis fuerzas para ayudar a expulsar a Nico, solo sé que se me hizo rápido y en 35 minutos ya pudimos ver la cabeza de Nico que venía en el último momento envuelta por el cordón umbilical. Y con 2 empujes más salió mi niño.
Lo que viene después lo recuerdo nítidamente pues tuve la suerte de que Oscar grabase en video el parto, concretamente el momento en el que Nico asoma su cabeza, hasta que me lo ponen en mi pecho y se lo llevan a limpiar y me lo vuelven a colocar encima mío.
Fue emocionante. Estaba exhausta, dolorida, extraña, pero es como si por momentos se parara el tiempo. Y es que solo podía escuchar el lloro de Nico y solo ver sus grandes ojos que ya desde el primer momento abrió.
Estaba deseoso de conocer mundo.
Y yo, deseosa de poder empezar a enseñárselo.
Y aunque se pasen momentos díficiles, llenos de dolor. En el momento que llega Él todo es una sonrisa.
Cada instante a su lado es una aventura preciosa!
Enhorabuena por este pequeñín tan precioso.
Y está claro, unas fotos increibles!
Un besito Lorena
Felicidades!!!
Nico es precioso, maravilloso milagro!!
A pesar del dolor y el esfuerzo estás radiante con tu hijo en los brazos.
Un fuerte abrazo y gracias por compartir,
Pepa
Enhorabuena Lorena!
Me ha emocionado tu relato, sincero y natural. Gracias por compartirlo.
Un abrazo,
Itxaso
Felicidades MAMÁ
Y también al papi, que en estos momentos pasa a un segundo plano 😉
Lorena, muchas gracias por compartir ese bello relato. Eso me anima, porque para mí, ese tb es un momento un poco temido.
Abrazos y besos para los tres!