Acabo de recoger el pequeño árbol de navidad y los cuatro adornos, casi insignificantes, que este año han decorado mi casa. Y al volver a colocar la casa como la tenía, no he podido remediar esbozar una gran sonrisa interior. Coincidia con el momento justo del atardecer. Mi casa es tremendamene diáfana, una, a ciertas horas, se siente incluso hasta flotando. Si el atardecer es rosáceo, mi casa adquiere un tono rosa que se refleja en el suelo, en los muebles, en los libros.
Ha sido un momento crucial en el que me he dado cuenta de que la navidad, hoy por hoy, es una época que carece de sentido sentimental, familiar para mí.
Creo que lo que ha hecho darme cuenta de ello es precisamente (si, os vas a sonar algo irónico) todo lo relacionado a las reuniones familiares. Los compromisos que surgen entorno a esta época. Si, la mitad del mundo vive seguramente la navidad con los mismos compromisos que cualquier mortal. Quizás en ese sentido me gustaría no tener esa responsabilidad, el quedar bien con unos y otros, y pasar algunos días concrectos tumbada en el sofá con más compañia que tu pareja, una manta y una retahíla de las mismas películas de siempre. Vamos a ser sinceros, las vacaciones están para eso, no? Pero todos se confabulan para que una no pueda ni levantarse en pijama y pasar todo el día con esa cómoda vestimenta. Supongo que en este sentido cada uno se lo organiza como puede, pero estaría bien dedicar dos días a tus familiares, los de una parte y los otros, y el resto, poder disfrutar de la navidad tal cual lo sentimos cada uno. Sin obligaciones de por medio, sin comilonas que llegan a embafar, no nuestro cuerpo, sino también nuestra propia alma.
En fin, el caso es que estoy más que contenta por haberme deshecho de todo lo relacionado con la navidad y volver a mi realidad, mi día a día.
…
Una de las cosas o propósitos que me suelo hacer cada año, está, entre otros, el de aprender nuevas recetas. Me encanta cocinar pero me doy cuenta de que al final de año, las recetas que preparo son casi las mismas, van circulando una tras otra, con una distancia en el tiempo breve, el suficiente para no acordarse de ellas, y cuando las preparo uno sienta que está probando algo delicioso, incluso nuevo para el paladar.
Hoy tenía dos rodajas de salmón. Suelo prepararlo a la plancha, con un toque de ajo y perejil. Nos encanta las comidas hechas con amor pero simples.
Hoy he querido innovar y hacer el salmón de un modo diferente. Os diré los ingredientes que he empleado pero me temo que la explicación me la voy a guardar porque soy un desastre en esto del lenguaje técnico.
Ahi van los ingredientes que he empleado:
SALMÓN CON LIMÓN Y SOJA
Ingredientes:
– 2 rodajas (o más) de salmón
Para la salsa que cubrirá el salmon:
– 1 cucharada de aceite
– 3 cucharadas de jugo de limón
– 3 cucharadas de soja
– 2 dientes de ajo troceados
– Pimienta
– Sal
– Perejil
Preparación:
Metemos en un recipiente el salmón cubierto con la salsa que hemos preparado y al horno unos 10 minutos ( o más, depende del gusto)
Sabrosísimo. Lo he acompañado con verduras al vapor.