a mi nuevo estado.
Y es que han sido meses en los que he abandonado mi vida, a mi gente, para refugiarme en los estudios, más que nada, porque después de tanto tiempo, había olvidado lo que era ponerse a asimilar definiciones, conceptos. Hacer esquemas y pasar apuntes.
Ha pasado casi una semana y hace dos días que empiezo a pisar los pies en la tierra, concienciándome de que ahora mando yo, y soy yo quien dibuja mi día a día.
Hoy el veranito, que ha empezado muy fuerte, nos da una tregua y ha decidido esconder al sol para que algunos, con alma otoñal, podamos salir fuera sin miedo a debilitarnos y hundirnos.
En mi mesita tengo Tokio Blues de Haruki Murakami. No quiero sonar pretenciosa, bueno, de todos modos sonará, pero cuando leo algunos fragmentos siento que yo misma podría haberlos escrito. Y es que a Murakami le encanta hacer una descripción psicológica de los personajes, el de repente divagar a partir de la frase del estribillo de una canción, o a partir del olor que el protagonista siente en un momento dado.
Yo, cuando escribía con frecuencia, solía caer en las mismos «trucos» literarios.
Creo que va con la personalidad de cada uno. Y bueno, creo que Murakami y yo tenemos algo en común, aunque él sea un maestro y yo una simple principianta.(y ni siquiera eso)
El otro día, dando un paseo por la ciudad, visité algunas librerías, en especial una de mis preferidas, Literanta. Presencié en directo, e intentando disimular ojeando libros, una sesión de Coaching que me pareció enriquecedora. Éstas, pensé para mis adentros, son las cosas que me vería haciendo si mi camino no se hubiera torcido tanto. Hace años, a punto estuve de apuntarme en esa misma librería, a un taller de escritura. Pero mis fobias y miedos por no querer mostrar lo que escribo me hizo desistir a la primera de cambio.
Quién sabe, cada vez tengo más claro que las cosas que nos va sucediendo en la vida tienen una finalidad. Quizás mi camino hubiera sido diferente, pero tampoco hubiera asistido a esos cursos y al final, me vería a mi misma visitando la librería en busca de algún libro interesante y escuchando por casualidad a ese hombre actrativo y con voz serena que daba clases de coaching.
Creo que, pese a no darnos cuenta, la vida es un cúmulo de repeticiones, una rueda que vamos repitiendo una y otra vez. Sólo que con diferentes matices, otras edades y perspectivas. Y pese a intuir haberlo vivido, nunca nos aventuramos en afirmar al 100% que realmente ya habíamos estado allí.
Hola Lorena,
a tu edad estuve a punto de apuntarme a un curso de escritura, pero por circunstancias de la vida no pudo ser.
Este año, pasados ya los 50!!!, me he apuntado al curso de narrativa que hace el ateneu de BCN. Lo he hecho virtual ya que vivo a las afueras y los horarios del presencial no me iban bien, y me ha encantado. El curso que viene, si todo va bien, sigo con cuento I. Muchas veces me he dicho: -que pena no haberlo hecho antes!! He aprendido mucho.
Este verano llevaré los temarios a Mallorca, para repasar un poco, durante el curso hay menos tiempo. si te apetece y te interesa, te los enseño y te explico la dinámica del curso.
Un abrazo y a disfrutar de esta nueva libertad!!
Pepa