¡Hola!
Hoy os traigo mi postre favorito. Es, sin duda alguna, un dulce que me deja con ganas de más, que logra sentirme reconfortada después de un mal día, o simplemente el que más me puede hacer desconectar en todos los sentidos. Es tomarlo y poder pararse el tiempo. ¡Un disfrute total!
Durante años he cambiado esta receta varias veces, y nunca, como hasta ahora, había encontrado «la receta perfecta». Y no, no lleva ningún ingrediente especial, ni tan siquiera lleva harina de avena o algo así que parezca que marca la diferencia. Son ingredientes de toda la vida pero que, supongo que como sucede con todas las cosas, uno va perfeccionando la ejecución y el resultado final a base de práctica. ¡Y eso que es una de las recetas más fáciles que existen!
CRUMBLE DE MANZANA Y FRUTOS ROJOS
Ingredientes:
- 4 manzanas golden cortadas en cuadritos
- un puñado de frutos rojos congelados
- 120 gramos de mantequilla cortada en cubitos a temperatura ambiente
- 150 grs de harina de trigo
- 120 grs de azúcar moreno (yo he utilizado azúcar 100% de panela y he de decir que me ha salido mucho mejor que utilizando azúcar moreno simple. Al tener una textura menos granulada, liga mejor con la mantequilla y el resultado final es una masa crujiente y sabrosa).
- Una pizca de canela en polvo
- Nata de montar líquida bien fría.
Preparación:
Calentar el horno a 180 grados.
En una fuente (yo he utilizado una rectangular) verter los trozos de manzana con un poco de canela. Encima repartir el puñado de frutos rojos congelados y reservar.
Por otro lado y en un bol, mezclar la harina, la mantequilla a temperatura ambiente y el azúcar de panela y remover con las manos. La masa estará hecha cuando veamos que se va despegando de las manos y tiene una textura tipo arena, aunque algunos trozos estén pegados.
Espolvorear la masa por encima de la fruta y cubrir toda la fuente.
Meter al horno durante 35 minutos o hasta que veamos que la masa adquiere un tono doradito.
Servir en un bol o plato hondo. Poner nata de montar (liquida) en la base y encima una porción de crumble caliente. Una opción es también servirlo con una bola de helado de vainilla, pero si lo pruebas con nata líquida no te defraudará. Está delicioso.
Es un postre para tomar templado- caliente.
¡A disfrutar!