Tengo costumbre de ir siempre al pasado. Si, ya sé, no es bueno, debemos centrarnos en este presente que es lo único que verdaderamente tenemos. Este instante. Pero reconozco que me encanta zambullirme en archivos pasados para encontrar algo de inspiración. Es muy curioso porque si me encuentro en un mes concreto, me gusta echar la vista atrás de ese mes pero en otra época. Y esta fotografía analógica fue tomada en Septiembre de 2011. Es realmente asombroso cómo pasa el tiempo. Siguen ahí los mismos lugares y escenarios en mi casa, pero es curioso la idea de no ver esa misma belleza en ese mismo lugar. Ahora son otros ojos que lo miran. Como digo yo, ojos del NO fotógrafo. Me cuesta. Sé que es el cansancio. Apenas tengo tiempo de nada y quizás me siento en esa mesa de la cocina para descansar unos minutos entre papilla y papilla o entre una cola de biberones que siempre hay que limpiar y una cocina que parace que huele el caos desde lejos. Siento también felicidad, siempre soñé con parte de la vida que ahora vivo y tengo, pero para el que es fotógrafo, el que lo lleva dentro, no puede evitar sentir algo de melancolía. ¿volveré a ver estas escenas cotidianas como algo tan bello? y lo más importante, después de tanto tiempo, ¿sabré capturarlo igual?. A veces dudo. Pierdes destreza, ese gusto estético que te salía de forma intuitiva.
Aprovecho la hora de la siesta de Nico para tomarme un café relajadamente. Un café que me he preparado con las misma cafetera de la foto. Oh! no sabéis lo que me gusta seguir teniendo los mismos objetos después de algunos años. Me siento reconfortada. Es como si me costase algo menos reconocer mi estilo en una foto pasada. Sé que la tomé porque esos objetos siguen haciendo vida conmigo.
Tengo muchas ganas de Otoño. De brisa, de sol que no duele, me inhibe ni agota, de hoja caídas, de pequeños cambios y nuevas rutinas.
Tengo ganas…
Pero por fin llegaste, Septiembre, por fin!
Siiii, yo celebro la llegada de septiembre igula que ´tu, Lorena. no me gusta el verano, no me gusta este calor tan agobiante, y si normalmente viviía agotada durante el verano en Valencia, ahora, con mi pequeña N, voy triplemente agotada, feliz, pero agotada 😛
Un abrazo y un beso para todos en tu casa!
Clara.