Aunque bien podrían ser 6 meses.
Mañana Mia cumplirá 10 meses. Cuando me la dieron el verano pasado no supieron exactamente qué tiempo tendría. Su estado era tan lamentable que ni la veterinaria supo ser precisa. O 2 meses o 3. Llegó a casa gracias a Marta, una amante incondicional de los animales, sobretodo los más desvalidos, y a la que hice participe de mis ganas por tener un animalito en casa (despues de la pérdida de Laika, el vacio era tan enorme que no me veía con fuerzas para tener otro animal, pero después de casi un año, sentí la necesidad de tener una gatita). Aunque quién le dió una nueva oportunidad para seguir en este mundo fue Maria José que la logró coger de un patio interno abandonado. Todos sus hermanos habían muerto. La veterinaria le dijo que no importaba que hiciera nada, que daba igual, su destino era morir. Y ella se la llevó para por lo menos morir con amor.
Pero sobrevivió.
Y aquí está. Nada queda de esa gatita escualida de agosto. Pesaba 500 gramos y apenas tenía un hilito de vida.
Ahora es fuerte, feliz, sana, muy inteligente y cariñosa.
Te quiero preciosa.
Oh! que bien que esta, como ha cambiado! 🙂
La mía igual. 10 meses ahora y tampoco se exactamente cuando nació, Mayo o así. Ya casi talla de adulta supongo, no para de engordar! y igual de traviesa… a ver cuando se calma!
hola Ines, qué tal?
ya no te veo por flickr. Tienes un blog u otro sitio para seguirte?
Un abrazo!
Esta cada dia mas linda, tu con tu cariño la has ayudado a vivir!