Por fin puedo escribir mi primera entrada de nuestra escapada de 5 días en Madrid. Y muy típico de mi, empiezo por el final. Nuestra última parada. De esas que tienes en la lista, la primera de todas, pero que no encuentras el momento y de repente el destino hace que puedas parar allí, aunque sea para degustar un café y un bundt de calabaza. Más que suficiente para darte cuenta que este lugar tiene mucha magia.
No os voy a mentir. No es un lugar para acudir con niños. El espacio es un poquito reducido, además de que el ambiente es calmado y hay poca luz. Muy romántico y tremendamente inspirador para ir solo o con tu pareja o amigos. Paré para preguntar por el menú. Y amablemente me dijeron que no tienen una carta propiamente dicha, sino que van haciendo y creando sus platos cada día según lo que tengan de su huerta. La comida es totalmente ecológica. Nico estaba nervioso porque quería comer y no paraba de gruñir, y bueno, decidimos seguir adelante.
Y después de un relajante paseo por el Retiro con nuestro pequeño que se lo pasó pipa tirando hojas y hojas otoñales. Si, señores, las que Mallorca tarda en traernos 🙁 En ese paseo, Nico se durmió y como Il Tavolo Verde se encuentra al lado del Retiro, dijimos que era el momento perfecto! Ya habíamos comido en un lugar que repetimos porque nos encantó y que escribiré en otra entrada, y decidimos acudir a tan mágico lugar para degustar un cafecito.
Os digo con total sinceridad que fue el mejor café que tomé en Madrid. Riquísimo es poco! Y qué decir de sus dulces. No sabíamos por cuál decidirnos. Sus dulces más famosos son la tarta de zanahoria y el bundt de calabaza, que según la dueña, llevaba mucha mucha calabaza. Y como estamos acostumbrados a degustar la hiper deliciosa tarta de zanahoria de mi madre, optamos por la de calabaza. Todo un acierto porque estaba para chuparse los dedos. Y Nico que ya se había zampado un yogur y una galleta, se comió casi la mitad de ella. (ah! si, se me olvidaba un dato importante. Nico durmió 3 minutos en Il Tavolo Verde, y es que con todo mi respeto, habían 3 mujeres mayores que se volvieron locas al despedirse de la mesa de al lado y ver que tenían un perrito encantador. Si, me encanta ver como personas aman tanto los animales pero esos gritos hicieron que esa calma se esfumara. Ni siquiera nos había llegado el café. En fin…)
Le comenté a Martina, la dueña de tan hermoso lugar, que había estado buscando lugares con encanto y donde se comiera bien en Madrid y que venía de Mallorca. Es entonces cuando me contó muy muy amablemente que ella vivió durante muchísimo años en diversos lugares de la isla por su trabajo : enfermera. Y nos alegramos de tal casualidad.
Me dijo que el primer lugar pensado para abrir Il Tavolo Verde fue Mallorca, pero luego tuvieron familia y ya decidieron quedarse en Madrid. ¡Qué pena!
Decir que IL Tavolo Verde no es una simple cafetería o pequeño restaurante, sino que Martina y Leo quisieron aunar su amor por la comida saludable y orgánica con su pasión por el arte, la moda, el diseño. Y en el puedes ver una exposición bellísima de muebles antiguos. Cachibaches preciosos que han escogido con mucho amor. Y todo lo que hay en ese espacio está a a la venta. No solo muebles llenos de historia, sino libros, cuberteria, etc.
Il tavolo Verde no te dejará indiferente y creo que es uno de los lugares que uno no debe perderse si viajas a Madrid. ¡Espero volver a verlos pronto!
**Recordad que sus platos cambian según los ingredientes que dispongan cada semana.
Horario:Están abiertos de Lunes a Viernes de 9 a 20, y el Sábado a partir de las 10 horas.
Ubicación: Calle Villalar, 6. 28001 Madrid
¡Mil gracias!, lo tendremos en cuenta si vamos a Madrid. Las fotos preciosas, como siempre.
Un abrazo,
Pepa
Qué alegría volver a encontrar una de tus bellas entradas! 🙂
besos!
Clara.
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